“Comprar, tirar, comprar” es un
documental dirigido por Cosima Dannoritzer, y coproducido por TVE. En el
documental aparecen numerosos casos de objetos cuya vida ha sido reducida de
forma deliberada, como baterías que dejan de funcionar a los 18 meses, bombillas
que se funden tras mil horas de uso o impresoras que se bloquean al llegar a un
cierto número de impresiones. Al analizar estos hechos, surge una
pregunta: ¿por qué los productos electrónicos duran cada vez menos, a pesar de
que la tecnología avanza? La respuesta es la obsolescencia programada, una
práctica empresarial para que la gente siga consumiendo.
En la sociedad actual se nos ha
impuesto la cultura de “comprar, tirar, comprar”, hecho que da nombre a este
documental. En él se analiza la obsolescencia programada, es decir, que la
mayoría de los productos que se fabrican tienen una fecha de caducidad impuesta
por el fabricante que los hace inservibles al cabo de un determinado tiempo.
Esto provoca que la única solución sea comprar otros nuevos y desechar los
antiguos, ya que no tienen arreglo.
Los avances de mediados del siglo XX en muchos ámbitos mostraban que
diseñadores e ingenieros habían creado productos que no se rompían nunca y
resistían muchos años sin necesidad de reparaciones. En el documental se
mencionan ejemplos de medias en las que no aparecían carreras y bombillas que duraban años encendidas sin fundirse. En la actualidad, estos
objetos y muchos otros tienen una caducidad programada. Y esto ocurre porque en
la sociedad capitalista y empresarial actual no interesan todos esos avances
técnicos. En su momento, los empresarios se dieron cuenta de esto y se
reunieron con los ingenieros, con los que pactaron el establecimiento de una
fecha de caducidad a todos los productos creados, para evitar que se redujesen
las ventas y los beneficios.
Otra perspectiva
mostrada es el lugar a donde van a parar los residuos que se
generan de esa obsolescencia programada. Gran parte de esa chatarra se lleva a Agbogbloshie, un barrio situado en
Accra (Ghana), considerado en la actualidad como el mayor vertedero de productos electrónicos del mundo.
Multitud de empresas que envían dichos residuos aseguran que se trata de
tecnología de segunda mano para sanar la brecha cultural que hay entre los
países desarrollados y los del tercer mundo. Sin embargo, lo que hacen en
realidad es enviar toneladas de residuos contaminantes de una forma encubierta.
El
documental recoge el análisis y la opinión de economistas, intelectuales y
personas expertas en el tema, que proponen vías alternativas para salvar la
economía y el medio ambiente, ya que ese “usar y tirar” tiene graves
consecuencias ambientales.
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